Uno de los primeros misterios a los que podemos enfrentarnos cuando comenzamos a interesarnos en el mundo de la fotografía es el de la formación de las imágenes. ¿Por qué sólo se forman imágenes en determinadas circunstancias?. La solución podemos encontrarla en forma esquemática en el diagrama que aparece en la parte superior.
En condiciones normales, si interponemos algún tipo de pantalla frente a un objeto, en cada punto de esa pantalla confluyen rayos que han surgido (por reflexión) en diferentes partes del objeto. De esta manera es imposible conseguir una imagen.
Si forzamos a pasar los rayos por una pequeña apertura, entonces cada zona del objeto concentrará esos rayos en la misma zona de la pantalla. De esta manera se forma una imagen.
Es el principio básico de lo que se conoce como cámara estenopeica. En la película "La niña de la perla" se puede observar de manera muy convincente el uso y posibilidades de este tipo de cámaras. Además, es una estupenda película.
El único -y muy importante- problema de este tipo de aproximación es que si deseamos conseguir nitidez en la pantalla, la única sólución es hacer el agujero muy, muy pequeño y resulta que si ello fuera posible (debería ser realmente muy pequeño), aparecería de forma ineludible el fenónemo de la difracción. Este es debido a la naturaleza ondulatoria de la luz. Su consecuencia es sencillamente la pérdida de nitidez. Por tanto estamos ante un callejón sin salida. ¿Cómo saldremos de él?