martes, 8 de diciembre de 2009

Trípodes

Un Trípode es un elemento de estabilización de la cámara que básicamente sirve para que las fotos no salgan trepidadas (movidas) en deteminadas circunstancias. Antes de pasar a comentar algunas cuestiones relacionadas con el manejo práctico de este instrumento, estudiaremos aquellos escenarios en los cuales su utilización se hace imprescindible:

a) Bajas velocidades de obturación
Cuando deseamos realizar una fotografía y bien por las condiciones de luminosidad (baja) o por emplear un filtro de densidad neutra, la velocidad  de obturación sea sensiblemente menor que (1/longitud focal) es impensable que pretendamos conseguir una nitidez aceptable sujetando la cámara a pulso. Si así lo hacemos, inevitablemente, quedará movida, borrosa, etc y por tanto inutilizable. (una excepción será el hecho de que por motivos creativos, sea ésto precisamente lo que queramos).

b) Largas longitudes focales
Relacionado con el punto anterior, cuando usamos un teleobjetivo de longitud focal larga (en la práctica por encima de los 200 mm) habrá pocas condiciones luminosas que nos permitan conseguir fotografías nítidas, dado que en la mayoría de los casos necesitaremos velocidades de obturación muy altas. En este escenario, el uso del trípode se hace prácticamente inevitable.

c) Fotografías HDR
Aquí el problema no viene inducido por la necesidad de utilizar bajas velocidades de obturación en relación a la longitud focal empleada. El problema es que las diferentes fotografías que se utilizan (cada una con diferente valor de exposición) deben estar perfectamente alineadas para que el software HDR sea capaz de integrarlas en una única sin producir ningún tipo de imperfección o halo. Cabe señalar que en este caso si en el encuadre de la toma hay elementos móviles (por ejemplo, árboles movidos por el viento), el trípode no supondrá ningún tipo de ayuda.

d) Fotografía de aproximación
En esta rama de la fotografía en la cual la imagen del sujeto tien una fracción significativa del tamaño del sujeto mismo (En el caso más extemo son iguales) el problema surge desde un ámbito diferente. Aquí lo que pasa es que la profundidad de campo suele ser tan pequeña que si utilizáramos la cámara a pulso, correríamos el riesgo de que la parte nítida de la fotografía no se correpondiera con la zona deseada. Para asegurar que sea la correcta, el uso del trípode vuelve a ser absolutamente imprescindible.

Desde el punto de vista de su utilización práctica, la primera cuestión a considerar es la existencia de dos tipos bien diferenciados , los que podríamos llamar normales y los de mesa, mucho más pequeños y en muchos casos incapaces de soportar una cámara réflex digital de tamaño (y peso) grande. Cabe señalar asimismo  una fauna diversa de elementos de estabilización que va desde los monopiés, pasando por los denominados trípodes gorilla a los simples saquitos de habichuelas, que por brevedad no entraremos a comentar.
Dentro de los que he definido como trípodes normales una primera división habría que hacerla entre los integrales y los que se construyen con una combinación específica de patas y rótula (el elemento en el que va a ir anclada la cámara). Los primeros son más baratos y desde mi punto de vista no recomendables. En cuanto a los segundos, hay que hacer la salvedad de que en este caso la palabra trípode se utiliza tanto para hacer referencia a las patas mismas como al conjunto.
Las patas más caras son de fibra de carbono que es un material ligero y para un uso no profesional quizás excesivamente caras. (Depende, por supuesto, del presupuesto de cada cuál).
En cuanto a las rótulas existen dos variedades, las de bola y las de manivelas. Las primeras permiten mediante el deslizamiento de una bola en un soporte obtener todos los grados de libertad posible. El problema es que las de mayor calidad (las únicas recomendables) son bastante caras. En cuanto a las de manivelas lo más importante es que permitan los tres grados de libertad: es decir que el movimiento de la cámara se pueda hacer a lo largo, ancho y alto.

¿Qué características deseables debe tener un trípode?
Evidentemente la respuesta va a depender de las necesidades específicas de cada fotógrafo en particular. Lo único que puedo hacer es dar mi opinión al respecto.

Estas características son:

a) Es absolutamente imprescindible que la rótula tenga una tapilla desmontable para ajustar a la cámara y posteriormente ambas, de forma solidaria, anclarlas a la rótula. Si un trípode no dispone de este elemento, huir. En la práctica todos los trípodes de cierta calidad disponen de ello.

b) Es muy interesante que la rótula disponga de una escala graduada al menos en el plano paralelo al suelo. De esta manera nos resultará muy útil para realizar panorámicas. La necesidad surge del hecho de que el software que integra la panorámica necesita un cierto grado de solapamiento entre las diversas tomas para hacer correctamente su trabajo. Este elemeto nos será de enorme utilidad.

d) Sería conveniente que el pilar central del trípode pudiera colocarse en horizontal. Esta disposición será la adecuada para poder tomar fotografías de aproximación, con el objetivo apuntado hacia el suelo.

e) Un elemento menor, pero que recomiendo encarecidamente: Que alrededor de una o varias patas lleve algún tipo de acolchamiento. Esto nos permite coger el trípode con más comodidad y sobre todo evita en invierno que las manos se nos congelen en contacto con el metal.

f) Un último elemento que quiero comentar es la presencia de un nivel para conseguir la perfecta horizontalidad. Sé que muchos fotográfos lo consideran un elemento importante, pero yo personalmente no le he encontrado nunca ninguna utilidad. Pero como no me cansaré de recordar, mi posición es simplemente la de fotógrafo aficionado.