En la actividad práctica del fotógrafo, el conocimiento de la variación de la profundidad de campo en función de la distancia de enfoque, de la apertura de diafragma y de la longitud focal del objetivo es uno de los elementos imprescindibles para la obtención de buenas fotografías. En la mayoría de los casos basta con conocer simplemente la receta. Si te conformas con eso, no creo que debas seguir leyendo este artículo.
Si te preguntas por qué las cosas suceden de una cierta manera y no de otra, aquí encontrarás la respuesta. Espero.
El problema es que el conocimiento profundo de las características de la profundidad de campo está asociado al conocimiento del concepto de círculo de confusión y al concepto de profundidad de foco. El primero creo que ha quedado explicado suficientemente en un artículo anterior y no necesita mayor profundización. En cambio, en lo que respecta a la profundidad de foco, aunque se han esbozado también en un artículo anterior sus parámetros básicos, existe un nivel de dificultad adicional que creo necesario estudiar a fondo.
La profundidad de foco mide la mayor o menor dificultad para realizar el enfoque.
Para poder entender el concepto debemos recurrir a un experimento imaginario, tal como el que se observa en figura superior de la imagen que acompaña al artículo. Si movemos (hacia adelante o hacia atrás) el plano focal desde P' a Q' o R', manteniendo constante el plano de enfoque, observamos que el punto imagen se convierte en un círculo. Cuando sobrepasemos el tamaño del círculo de confusión empezaremos a ver la imagen borrosa.
Si hay poca profundidad de foco, significa que rápidamente empezaremos a ver borroso, por tanto nos será más sencillo enfocar. Si la profundidad de foco es mayor, tardaremos más en observar el desenfoque y nos costará más enfocar. Es decir que cuanto peor, mejor. Por tanto la profundidad de foco hace referencia al desplazamiento del plano focal necesario para que podamos apreciar la falta de nitidez.
Es muy importante comprender que lo anterior es un experimento imaginario. Si cambiamos realmente la distancia entre el plano focal y el plano del objetivo utilizando el anillo de enfoque, lo que conseguiremos será obtener una plano de enfoque distinto. Y en la premisa de nuestro experimento se consideraba que el plano de enfoque permanecía constante.
Esta explicación del concepto de profundidad de foco basándose en un experimento imaginario puede resultar confusa si alquien desea conocer lo que realmente ocurre.
Esto queda explicado en la figura inferior. Obviamente no es un dibujo a escala ni tampoco es un dibujo profesional. Habrá que disculpar las deficiencias. Como que la medida de la profundidad de foco, que debe ser exactamente igual en ambos diagramas, no resulte así en absoluto.
La clave está en que dado un plano de enfoque determinado (el que pasa por el punto P), tenemos un plano focal determinado (el que pasa por P'). Si mantenemos esto constante y nos fijamos en un punto como el Q, más alejado del objetivo, su imagen se formará en Q' y determinará sobre el plano de enfoque un cierto círculo. Si elegimos Q para que el tamaño se corresponda con el círculo de confusión, cualquier otro punto algo más alejado ya se observará borroso. Si elegimos un un punto más cercano al objetivo, tal como R
su imagen se formará en R'. y formará sobre el plano focal un círculo. Si elegimos R de tal manera que el tamaño se corresponda con el círculo de confusión, cualquier punto más cercano al objetivo formará una imagen borrosa. En este contexto la profundidad de foco vendrá medida por la distancia entre Q' y R'.
Es importante entender que la actividad de enfocar es realizada en la actualidad por sistemas de autoenfoque y que una experiencia personal de conseguir enfocar un plano de la escena sólo será posible utilizando el enfoque manual. Cuando se utiliza esta modalidad -por ejemplo, en fotografía de aproximación- es muy evidente que hay momentos en los cuales es más rápido enfocar en una cierta posición que en otros. Serán aquellos que tengan una menor profundidad de foco.
Imaginemos que estamos tratando de hacer un retrato y el punto P es el ojo del sujeto. Si estamos enfocando manualmente y partimos de un punto de enfoque más cercano al objetivo que R, veremos el ojo desenfocado. Conforme giremos el anillo de enfoque el punto de enfoque se acercará a R. Cuando llegue a ese punto, empezaremos a ver el ojo razonablemente nítido (estamos en el ámbito del cículo de confusión) . Seguimos girando el anillo de enfoque hasta que llegamos a Q y empezamos a ver de nuevo desenfocado. Y entre esos dos extremos elegimos la posición que consideramos más nítida. Si la profundidad de foco es pequeña ese viaje adelante y atrás dentro de los límites del círculo de confusión es menor y conseguimos enfocar antes.