Muchas cámaras reflex digitales incorporan un botón rotulado como AF-ON. Y muchos fotógrafos que las utilizan, simplemente no tienen ni idea de para qué sirve. Intentaremos aclarar un poco el asunto. Eso sí, de momento nos limitaremos al caso de que estemos utilizando la modalidad de servo simple del mecanismo de autoenfoque y dejaremos para un momento posterior el caso del servo continuo.
La práctica más habitual a la hora de activar el autoenfoque de la cámara consiste en pulsar el disparador hasta la mitad. Esta acción provoca su activación y en el momento en que hayamos conseguido enfocar, la pulsación completa del disparador permitirá tomar la fotografía. El uso del botón AF-ON es, en esencia, una alternativa distinta a este familiar método.
A partir de este momento, las características específicas de funcionamiento ligadas a una u otra marca de cámara, aconsejan seguir la explicación centrándonos en un caso concreto. Éste será el de la Nikon D200.
Cuando usamos este cuerpo de cámara tenemos dos posbilidades. En primer lugar permitir que el autoenfoque se produzcan tanto pulsando el disparador hasta la mitad como pulsando el botón AF-ON o bien que éste se produzca únicamente en la segunda circunstancia. Esta elección se realiza a través de una opción en el menú de configuración.
Si elegimos la primera opción, la utilidad del botón AF-ON es, en realidad, pequeña. En mi caso concreto, sólo he encontrado una circunstancia específica en la cual es útil. Es en el caso de tener la cámara sujeta al trípode. Cuando ésto ocurre la única manera de poder seleccionar un punto de enfoque específico de los 11 disponible (en la configuración por defecto) es partir de uno de ellos, típicamente el central. En principio la cosa es sencilla pues bastaría con pulsar el disparador hasta la mitad y, voilá, ya está. Pero he descubierto que este contexto, tengo una tendencia más que apreciable a presionarlo demasiado y tomar una fotografía. Cuando estás trabajando en disparo continuo y horquillado, el tomar esa fotografía sin el punto de enfoque adecuado te obliga a apagar la cámara y empezar de nuevo el proceso de horquillado. Si utilizo el botón AF-ON simplemente no corro ese riego.
Si decidimos usar la segunda posibilidad, sólo podremos enfocar con AF-ON y el disparador servirá únicamente para tomar la fotografía y no para enfocar. ¿Qué nos aporta ésto? A muchos fotógrafos casi nada, pero en ciertas circunstancias puede ser imprescincible. Aquellas en las que deseemos realizar varias tomas manteniendo el enfoque en un punto dado. Si utilizamos el mecanismo tradicional, cada vez que pulsemos el disparador hasta la mitad se iniciará un nuevo punto de enfoque. (En teoría con cierta habilidad es posible retirar lentamente el dedo del disparador hasta la mitad sin que varíe el enfoque, pero es lento y exige práctica). Si únicamente es posible activar el enfoque con el botón AF-ON, las cosas son más sencillas. Activamos el enfoque, mantenemos pulsado el botón y disparamos cuantas veces queremos modificando el encuadre si es necesario.
Esta posibilidad es apreciada fundamentalmente por fotógrafos profesionales.