domingo, 12 de septiembre de 2010

Objetivos estabilizados

El sistema de estabilización de un objetivo permite realizar una compensación del ligero desenfoque que se produce cuando tomamos una fotografía a mano, sin apoyo y, en el momento de pulsar el disparador, realizamos un pequeño movimiento del objetivo. Se suele denominar trepidación o vibración.
Esto sucede, normalmente, a velocidades de obturación inferiores a 1/LongitudFocal, para tamaños de sensor de formato completo. Si nuestro tamaño de sensor es APS-C, el umbral mínimo corresponde a velocidades algo superiores.
Para poder entender el mecanismo de estabilización, lo primero que debemos hacer es explicar cuál es el movimiento del objetivo que se intenta compensar. Este movimiento lo podemos descomponer en dos componentes, tal como se aprecia en la figura adjunta.
Una componente vertical consistente en un giro de la cámara completa -y con ella el objetivo- alrededor del eje X. Desde un punto de vista práctico, el objetivo apunta un poco hacia el cielo o un poco hacia el suelo.
Una componente horizontal consistente en un giro de la cámara completa -y con ella el objetivo- alrededor del eje Y. Desde un punto de vista práctico, el objetivo apunta un poco hacia la derecha o un poco hacia la izquierda.
Es evidente que cualquier giro en torno al eje Z, el eje óptico, no va a tener ninguna influencia en la imagen, debido a la simetría circular de los objetivos. Desde el punto de vista práctico equivaldría en elevar ligeramente la parte derecha o izquierda de la cámara.
Unos sensores reciben información de estos movimientos y envían los datos a un microprocesador que, tras calcular la compensación, activa unos motores que mueven ligeramente una lente interna del objetivo. Esta se haya colocada entre el resto que componen el grupo y su única misión es reducir la vibración. En la figura adjunta está representada esta lente, pero no el resto del grupo.
La activación del sistema de estabilización se produce al pulsar el disparador hasta la mitad, en la misma acción en que activamos el autofoco.
Denominar desenfoque al problema tiene sentido, porque la situación es en cierto modo similar a la que se produce para puntos más cercanos o más alejados al plano de enfoque que los contenidos dentro de los límites de la profundidad de campo. Que los diferentes rayos que parten de un único punto de la escena convergen en un área de mayor extensión que el círculo de confusión y por tanto éste se ve desenfocado en la imagen.
Aquí, el proceso es algo diferente.
Consideremos, para simplificar, que la trepidación consiste únicamente en un movimiento vertical. Y para concretar imaginemos que el objetivo apunta un poquito más hacia el cielo.
En ese caso, los rayos de cualquier punto de la escena perteneciente al plano de enfoque impactan sobre el objetivo en zonas distintas y con ángulos diferentes. Por ello algunos intersectan el plano imagen en una zona exterior al círculo de confusión centrado en el punto imagen. De esta manera obtenemos una imagen desenfocada de un punto que, por pertenecer al plano de enfoque, debería generar en el plano imagen un círculo (formado por todos los rayos que lo alcanzan siguiendo diferentes trayectorias) inferior al círculo de confusión. Evidentemente, este mismo razonamiento vale para todos los puntos incluidos dentro de los límites de la profundidad de campo inicial.
La labor del sistema de estabilización es , en este caso,  mover ligeramente la lente de corrección mediante el uso del motor vertical para que así el sistema objetivo completo hiciera impactar el rayo en el plano imagen en su posición inicial, dentro del círculo de confusión.
Mediante este mecanismo se puede coseguir reducir la velocidad de obturación entre 3 y 4 pasos, sin que se manifieste el desenfoque originado por la vibración. Eso sí, no en todas las ocasiones.