Cuando un ser humano observa una escena se producen tres circustancias cruciales en la formación de la imagen en su cerebro.
a) El movimiento de los ojos a diferentes partes de la escena produce el efecto de conseguir enfoques a diferentes distancias.
b) Si el ojo se mueve a una zona clara la pupila se cierra. Si se mueve a una zona oscura se abre.
c) La respuesta a la luminosidad no es lineal. Si aumenta mucho la luminosidad su percepción no aumenta en la misma medida.
Cuando una cámara fotográfica registra una escena, las cosas suceden de una forma muy distinta.
a) El punto de enfoque es único para toda la escena. Esto puede dar lugar a desenfoques selectivos.
b) La apertura del diafragma es única.
c) La respuesta a la luminosidad es lineal (en cámaras digitales).
Por tanto, si deseamos acercar el resultado de una toma a nuestra percepción humana, en el momento en que fue realizada, es necesario procesar la imagen de alguna manera. El resultado de la toma, tal como sale de la cámara, es meramente un paso intermedio. Esto es tanto más cierto, en cuanto que la toma haya producido un fichero raw, que ni siquiera es una imagen digital.
La pregunta que surge en ese momento es ¿cuáles son los límites en ese procesamiento?. La actualidad está llena de informaciones que denuncian la manipulación de imágenes mediante "photoshop".
En este asunto hay tantas respuestas posibles como personas. Aquí yo proporcionaré la mía particular.
En general creo que una manipulación fotográfica que se limite a luminosidad y color es permisible. Esto puede dar lugar a fotografías que poco tienen que ver con la realidad -HDR extremo, por ejemplo- pero la creatividad del fotógrafo, desde mi punto de vista, está por encima de la fidelidad a la realidad. Manipulaciones necesarias para evitar ruido o enfocar la escena se pueden realizar siempre, sin ningún tipo de limitaciones.
Si se trata de eliminar elementos de la escena, lo fundamental es que no sean esenciales para esa escena. El problema es que decidir qué es esencial o qué no lo es tiene una enorme carga de subjetividad. Las famosas eliminaciones de personas que, en algunas fotografías, acompañan a Stalin , según eran purgadas, es un ejemplo en el que la mayoría convendrá que se elimina un elemento esencial (La manipulación ya existía en la época de la fotografía química). Eliminar un cable de un paisaje, una persona de un monumento, etc serían, desde mi punto de vista, eliminaciones permitidas.
El asunto más polémico es el que se refiere al fotomontaje. Es decir a la construcción de imágenes que nunca han existido a partir de fragmentos de otras imágenes. En ese punto mi opinión particular es que no debe de utilizarse salvo que haya unas muy buenas razones para ello. Y entre esas razones no me vale la llamada a la creatividad. Reconozco que la creación de fotomontajes es una actividad perfectamente razonable, pero yo no la llamaría ya fotografía sino imagen digital.
¿Qué tipo de razones harían permisible el fotomontaje para que aún pudiéramos llamarlo fotografía?.Lo mejor será utilizar una ejemplo. Si utilizamos el enlace http://picasaweb.google.com/fotosdearanda2/SerieDeEdificiosHistoricos, podremos observar una fotografía sobre el Parador Nacional de Alarcón que es un fotomontaje. El problema es que a pesar de obtener cinco tomas adecuadas (histograma mediante) para HDR, el resultado del proceso mediante más de un software específico ha resultado insatisfactorio. Por algún motivo que desconozco, en este caso particular, el software HDR ha sido incapaz de procesar adecuadamente las fotografías aunque las diferentes tomas cubrían adecuadamente el rango dinámico necesario. La única solución ha consistido en utilizar el cielo de una toma y el parador de otra.
Mención aparte exigen las burdas manipulaciones realizadas en el contexto de fotografías de modelos, donde la modificación introducida es una profunda distorsión del original. Aun cuando técnicamente no es un fotomontaje, dado que no se utilizan elementos de diferentes tomas, se produce una modificación apreciable de las líneas maestras de la toma que no es una mera modificación de color y/o luminosidad. Esta actividad no es ética desde ningún punto de vista y coincido con muchas personas en que fotografías de este tipo debieran llevar anexa una etiqueta que informase de su manipulación digital extrema.