Los conceptos de profundidad de campo y profundidad de foco están relacionados pero son diferentes. Para poder entenderlos adecuadamente necesitamos partir de una realidad simplificada.
El objetivo de una cámara fotográfica está formado por varias lentes pero, para la explicación que sigue en este artículo y en los siguientes, es más conveniente considerar que utilizamos una única lente convergente equivalente al conjunto. Esta lente presenta un plano de simetría perpendicular al eje óptico (una línea imaginaria que desde la escena, atraviesa el objetivo, posteriormente el sensor, y luego continúa indefinidamente). Le llamaremos el plano del objetivo.
Todos los puntos de cada plano de una escena convergen en puntos que se encuentran contenidos en su correspondiente plano imagen. Cuando utilizamos el anillo de enfoque, lo que estamos haciendo es variar la distancia entre el plano en el que se encuentra el sensor (el denominado plano focal) y el plano del objetivo.
(NOTA: El plano focal está situado sobre la longitud focal, únicamente cuando enfocamos a infinito).
Esto conduce a seleccionar uno de los planos de la escena de tal manera que su plano imagen se constituya en el plano focal . A este plano lo denominaremos plano de enfoque.
La profundidad de campo es el conjunto de planos anteriores y posteriores al plano de enfoque que forman en el plano focal círculos imágenes inferiores en tamaño al círculo de confusión. Debido a la limitación en la visión humana, los observamos en la imagen como perfectamente nítidos, aún cuando en realidad, perfectamente nítido, sólo hay uno: el plano de enfoque. Por tanto, y esto es importante, la profundidad de campo hace referencia a los planos de la escena, en concreto a aquellos que apreciamos con nitidez.
La profundidad de foco mide la mayor o menor dificultad para realizar el enfoque. Para poder entender el concepto debemos recurrir a un experimento imaginario, tal como se observa en la figura que acompaña al artículo. Si movemos (hacia adelante o hacia atrás) el plano focal, manteniendo constante el plano de enfoque, observamos que el punto imagen se convierte en un círculo. Cuando sobrepasemos el tamaño del círculo de confusión empezaremos a
ver la imagen borrosa. Si hay poca profundidad de foco, significa que rápidamente empezaremos a ver borroso, por tanto nos será más sencillo enfocar. Si la profundidad de foco es mayor, tardaremos más en observar el desenfoque y nos costará más enfocar. Es decir que, en este caso, cuanto peor, mejor. Por tanto la profundidad de foco hace referencia al desplazamiento del plano focal necesario para que podamos apreciar la falta de nitidez.
Es muy importante comprender que lo anterior es un experimento imaginario. Si cambiamos realmente la distancia entre el plano focal y el plano del objetivo utilizando el anillo de enfoque, lo que conseguiremos será obtener una plano de enfoque distinto. Y en la premisa de nuestro experimento se consideraba que el plano de enfoque permanecía constante.
El objetivo de una cámara fotográfica está formado por varias lentes pero, para la explicación que sigue en este artículo y en los siguientes, es más conveniente considerar que utilizamos una única lente convergente equivalente al conjunto. Esta lente presenta un plano de simetría perpendicular al eje óptico (una línea imaginaria que desde la escena, atraviesa el objetivo, posteriormente el sensor, y luego continúa indefinidamente). Le llamaremos el plano del objetivo.
Todos los puntos de cada plano de una escena convergen en puntos que se encuentran contenidos en su correspondiente plano imagen. Cuando utilizamos el anillo de enfoque, lo que estamos haciendo es variar la distancia entre el plano en el que se encuentra el sensor (el denominado plano focal) y el plano del objetivo.
(NOTA: El plano focal está situado sobre la longitud focal, únicamente cuando enfocamos a infinito).
Esto conduce a seleccionar uno de los planos de la escena de tal manera que su plano imagen se constituya en el plano focal . A este plano lo denominaremos plano de enfoque.
La profundidad de campo es el conjunto de planos anteriores y posteriores al plano de enfoque que forman en el plano focal círculos imágenes inferiores en tamaño al círculo de confusión. Debido a la limitación en la visión humana, los observamos en la imagen como perfectamente nítidos, aún cuando en realidad, perfectamente nítido, sólo hay uno: el plano de enfoque. Por tanto, y esto es importante, la profundidad de campo hace referencia a los planos de la escena, en concreto a aquellos que apreciamos con nitidez.
La profundidad de foco mide la mayor o menor dificultad para realizar el enfoque. Para poder entender el concepto debemos recurrir a un experimento imaginario, tal como se observa en la figura que acompaña al artículo. Si movemos (hacia adelante o hacia atrás) el plano focal, manteniendo constante el plano de enfoque, observamos que el punto imagen se convierte en un círculo. Cuando sobrepasemos el tamaño del círculo de confusión empezaremos a
ver la imagen borrosa. Si hay poca profundidad de foco, significa que rápidamente empezaremos a ver borroso, por tanto nos será más sencillo enfocar. Si la profundidad de foco es mayor, tardaremos más en observar el desenfoque y nos costará más enfocar. Es decir que, en este caso, cuanto peor, mejor. Por tanto la profundidad de foco hace referencia al desplazamiento del plano focal necesario para que podamos apreciar la falta de nitidez.
Es muy importante comprender que lo anterior es un experimento imaginario. Si cambiamos realmente la distancia entre el plano focal y el plano del objetivo utilizando el anillo de enfoque, lo que conseguiremos será obtener una plano de enfoque distinto. Y en la premisa de nuestro experimento se consideraba que el plano de enfoque permanecía constante.